Llega Belarra

El suyo es un apellido sonoro. Lo que disfrutaría Butanito si estuviera retransmitiendo algo y lo tuviera que pronunciar. El caso es que llega diciendo algo que podría ser verdad: «Podemos está mejor que nunca». Puesto que se ha ido Iglesias se abren nuevos horizontes para la formación. Pero el caso es que a continuación dice: «Pablo Iglesias está hoy con nosotras y, por tanto, no tengamos ningún temor. Pablo Iglesias va a caminar con nosotras como siempre ha hecho», y entonces vemos que todo sigue igual, con la misma falta de inteligencia, con el mismo deseo de arreglar el mundo, teniendo el cuenta que ‘el mundo’ para esta gente se circunscribe a un reducido grupo de vividores que aspira a vivir del erario sin dar golpe.

Iglesias es consciente que todos esos a los que ha estado insultando y perjudicando con sus decisiones deseaba verlo fuera del gobierno, por lo que es evidente que si se ha ido no es por ellos, sino porque sus propios seguidores no lo pueden ver. Esos, los suyos, son los que lo han expulsado de la política. Y esos mismos tampoco están conformes con Montero, razón por la cual le ha tocado a ella el papel que se apresta a asumir.

El caso es que no ha marcado una línea diferencial con lo de antes, sino que es una pantomima que no tiene otra finalidad que conservar las prebendas, con lo cual le explican a su electorado que lo tienen por tonto.

Es como repintar la fachada, para que por dentro todo quede igual. Y Belarra se presenta al público como muy honrada por haber sido elegida para llevar a cabo el engaño.

La mayoría de los españoles, que se van hartando de Podemos, partido que ni hipotéticamente puede hacer nada bien, está de enhorabuena con Belarra, porque terminará de enterrar al partido y lo enterrará bien.