Puigdemont y Junqueras, pareja de baile

Ya hubiera querido Illa, tan indigno como los dos, ser el elegido por cualquiera de ellos para bailar. Pero no lo han querido, no porque no lo consideren capaz de llevar a cabo aberraciones similares a las suyas, sino porque saben que en su partido hay personas que, en su desorientación a causa de tanta propaganda y tanta insidia, pueden conservar restos de dignidad y eso sí que no les conviene al prófugo, ni al frailuno.

Además, se van dando cuenta de que al mini Rasputín nada le sale bien. Tenía previsto durar en el gobierno hasta 2030 y ahora ya habla de apurar la legislatura y quien le vaticinó al PP que jamás volvería a formar gobierno ya no está en el gobierno. Todo le sale mal a este PSOE cuyos actuales dirigentes muestran una torpeza tal en todos los ámbitos que los enemigos de España, que no son pocos, ven clara la oportunidad de sacar tajada.

Entre ellos está esa pareja de baile, en la que ambos integrantes llevan multitud de cuchillos, puñales y dagas entre los ropajes, para clavárselos al otro en cuanto se descuide. Se harán mucho daño uno al otro y todo el mal que puedan al resto del mundo.

Lo que está ocurriendo en Cataluña, con esos dos en primer plano, la sombra de Pujol al fondo y Colau chupando cámara, es significativo. Todos los políticos catalanes, desde Pujol en adelante, salvo alguna rara excepción, pueden considerarse basura humana. Para encontrar políticos catalanes ilustres hay que remontarse en el tiempo, hay que ir a otras épocas.

Cataluña, que pudo haber sido la región más próspera de Europa, acabará siendo la más pobre de España.

Puigdemont y Junqueras, en su delirio, son conscientes de que en el mejor de los casos para ellos, dentro de unos años, para poder salir a la calle deberán recurrir al camuflaje. Pero ahora es tiempo de puñales.