Mal para el mendigo, mal para el perro

Esta ley que se ha sacado de la manga la ministra podemita conocida como ‘la niña de la curva’ parece, en un principio, que no tiene más sentido que el de causar perjuicio a la sociedad; sin embargo, algunas voces advierten de que tiene beneficiarios concretos.

Hago un alto para hacer notar la patente mala intención de los podemitas. Se refieren al aniversario de la muerte de las conocidas como ‘13 rosas’, olvidando que en esta misma fecha se cumplen los aniversarios de otras muertes, y no en tiempo de guerra, sino en act0s terroristas, demostrando con ello su nulo respeto a la sociedad que les paga sus sueldos.

En lo que a la ley se refiere, me parece abusivo que yo tenga que pagar un seguro por mi perrita, que ya tiene siete años y que jamás ha mordido a nadie. http://perinquiets.com/mi-perrita/ Como pueden ver en la foto, tiene modales de señorita, arte que ha aprendido por sí misma. Es autodidacta.

Tengo escrito que la sociedad empuja hacia abajo, y cuando el interesado 0 interesada ya ha caído y no tiene remedio, le da limosna.

Esto es así porque abundan los que quieren ser más, no mejores. Esto significa que muchos quieren a otros por debajo de ellos. Para eliminar la mendicidad no hay nada mejor que tender la mano a quienes están en apuros. Pues abundan los indigentes, la mayor parte de los cuales recurre a la mendicidad.

Los hay que se procuran un perro para no sentirse solos y quizá también para poderse defender en caso de apuro. Para un perro, su dueño es un dios. Es feliz estando a su lado. Un mendigo puede notar en el can el amor que necesita y que no encuentra por ningún otro lado. Separar al perro y al mendigo es nefasto para ambos. Como si se les hubiera aparecido la niña de la curva.