Cara en Venezuela, cruz en Ucrania

Esas son las apariencias con respecto a los líos en los que está metido Trump, que se ha metido en ellos sin rogar a Dios ni al diablo, y que muy bien puede salirle todo mal. Pero igualmente podría salirle todo bien.

Veamos quiénes son los protagonistas: Tres locos, Trump, Maduro y Putin. Todos juegan con cartas marcadas y piensan que la última jugada la harán ellos. Hay otros personajes, estos ejemplares, María Corina Machado y Zelensky. Este último habría ganado la guerra de no haber aparecido Trump. Los avances de Rusia, después de tanto tiempo de guerra, son inapreciables, pero este nuevo personaje, con su afán de protagonismo, su escaso talento y sus deseos de ocupar las portadas de todos los medios, han venido a cambiarlo todo. No sabemos hasta dónde va a llegar su tontería o si tendrá alguien cerca que lo frene. Enfrente tiene a Putin, que se cree que le va a tomar el pelo y entre ambos un héroe, que es Zelensky. Intentará hacerse oír entre ellos dos, que no querrán hacerle caso. Un hombre que tiene la razón y no tiene poder, frente a dos energúmenos que tienen mucho poder y ninguna razón.

En el frente sudamericano la situación es parecida. Un loco del que ya se ha hablado aquí, un narcoterrorista sin escrúpulos ni vergüenza, Maduro, y escondida en alguna parte que seguramente podemos adivinar casi todos, otra heroína, también sin poder, pero con el respaldo mayoritario de los venezolanos. Todos saben que la democracia pasa por ella, por lo que no la pueden abandonar. Mientras tanto, Estados Unidos ha sentado sus reales en la zona. Barcos, soldados y armamento nuclear. Petro, que seguramente tiene tanto miedo como Maduro, ha protestado y amenazado.

Digamos que Sánchez y Zapatero callan. No pueden decir nada, pero están deseando que los barcos de Estados Unidos se hundan. No obstante, nada está decidido, salvo que es posible que, en el mejor de los casos para él, la salud de Maduro ya nunca vuelva a ser la misma.