Cristina Kirchner, a la cárcel

Decía Cervantes que más vale merecer que alcanzar y esta bien merece la cárcel. Sorprende una condena tan pequeña. Ha de pasar seis años encerrada, aunque la defensa puede pedir que la prisión sea domiciliaria, lo cual evidentemente no sería cárcel, porque tiene un palacio. Ignoro la capacidad del juez para negarle esa prerrogativa.

Supongo que los legisladores llevan cuidado, porque sospecho que la pena para un robagallinas es mucho más alta que para un político, quizá porque sospechan que un día les puede tocar a ellos. También es posible que esta señora tenga más causas pendientes y si se da el caso ya veremos cómo se van sustanciando. El daño que ha hecho, dividiendo el país en dos es incalculable y por este concepto no creo que la juzguen. Por ser chabacana y rastrera tampoco la van a sentar ante el tribunal y en este caso lo doloroso es que los votantes argentinos no se lo tienen en cuenta o no se han dado cuenta.

El cambio que se está operando en Argentina es digno de ser considerado. Este país que estaba sumido en el tercer mundo de forma aparentemente irrevocable está rompiendo tabúes, acercándose al mundo civilizado, volviendo a tener crédito en los mercados económicos, pidiendo paso en donde se toman las decisiones.

Todo lo que está sucediendo en Argentina viene a ser como un rayo de esperanza para los españoles, que sufrimos a un presidente que es un sinvergüenza redomado, al que apoyan unos golfos que son tan golfos o más que él, y que se parapeta tras unas leyes en las que goza de ventaja. ¿Qué cartas tendrá en la manga? Lo que se sabe es que no gastará ninguna que le pueda hacer falta a él luego.

De modo que había un paralelismo entre Cristina Fernández, conocida como Cristina Kirchner, y Pedro Sánchez, conocido como el Felón.