El relato, la verdad y Esquilo

Decía Esquilo que la primera víctima de una guerra es la verdad, porque está sustituida por la propaganda. Esto es lo que ha hecho siempre el PSOE y cuando Felipe González renovó el partido llevó mucho cuidado en que siguiera siendo así. Lo que ocurre es que, puesto que conocía la obra de Esquilo, o por lo menos esa frase, lo hizo todo con disimulo, de modo que muchos integrantes del PSOE no se enteraron.

En su tiempo, el PSOE no era monolítico, como en la actualidad, de modo que quienes tenían vida propia al margen del partido podían expresar sus divergencias, y muchos lo hacían y de forma brillante, pero los que no se atrevían a hacerlo o no podían pasaban por el aro, pero el partido siempre podía negar que se diera esa circunstancia, o que hubiera esa obligación. De hecho, algunos socialistas que tenían cargos importantes aunque no estaban en la ejecutiva del partido, supieron brillar. Sin duda que soñaban que el PSOE era otra cosa.

El caso es que ahora ha venido Sánchez a aprovechar la obra de González, pero al contrario que éste, que disimulaba, él quiere que todo el mundo sepa quién manda aquí y que no hay ley ni guapo que se le oponga. Tiene algunas personas valiosas, no muchas, que le apoyan, pero él es un burro que no se entera. Por otro lado, esas personas que lo apoyan están ciegas de odio y resentimiento y tampoco se terminan de enterar, porque el enemigo al que se enfrentan y pretenden domeñar con trapacerías es mucho más fuerte que ellos. Se trata de la nación española, claro, que ya lleva siglos resistiendo lo que sea.

Felipe González intenta disimular, haciendo creer que esto no va con él, pero son sus leyes, su partido, con la disciplina impuesta por él, con lo cual puede afirmarse que desaparecerá el PSOE tal y como lo conocemos. Habrá que rehacerlo de otra manera.