Esa raza aparentemente superior

El título ha de ser conciso y sugerente, por ello no necesariamente se ajusta a las normas gramaticales, sino que, como en este caso, basta con que dé idea de cuál es el propósito que anima el escrito.

Hablar de raza superior es muy complicado, porque influye una gran cantidad de factores en el caso. La humanidad se va adaptando a las distintas condiciones de vida, a los vecinos, a la clase de tierra, a todo. También una cuestión muy importante a considerar: la estupidez. Quizá debería haber comenzado a hablar de ella. El caso es que existe, está ahí y con ganas de dejarse enredar.

Veamos ahora que estamos en España, una tierra en la que han surgido grandes talentos. En el País Vasco, incluso. Y es aquí dónde yo quería llegar hoy. Muchos vascongados creen que forman parte de una raza superior. La primera objeción: «puede decirse que hay democracia en un lugar cuando alguien que piensa lo contrario que la mayoría puede pasear tranquilamente por sus calles». Pues no, muchos de sus vecinos de han tenido que ir para no ser asesinados. Dicen que si volvieran todos el PP ganaría las elecciones. Estos tipos que se creen de una raza superior, en realidad, dejan mucho que desear. Además, un tarugo integral, como lo es Otegui, «quizá hicimos más daño del que teníamos derecho a hacer», se permite el lujo de marcar la pauta. Un alcalde idiota se marca unos pasos de baile en medio de una multitud que no se parte de risa, sino que observa ensimismada.

El cerebro humano es muy duro. Cuando alguien consigue meterle una idea tonta, se le queda dentro fosilizada. En esa tierra una parte importante de la población se ha tenido que ir, sin que a nadie le importe, se vitorea y ensalza a asesinos y se observan las monadas del alcalde como si hiciera cosas serias.