La amistad entre Ayuso y Cano

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no se chupa el dedo y sabe que la encerrona que le han montado a Nacho Cano tiene el mismo origen que la que está combatiendo González Amador, que ya está en los tribunales y cuyo juicio se celebrará pronto.

Ella lo dijo enseguida, perseguían a Nacho Cano por la amistad que tiene con ella. Quisieron acabar con su obra, meterlo en la cárcel, repudiarlo socialmente, pero el hombre es bravo y ha plantado cara con hidalguía. Y ahora se va a querellar, o se ha querellado ya, el dato es irrelevante para lo que comento, con todos los que lo han querido hundir y que aparecen en las pruebas que tiene. Creían que se iba a arrugar, pero no lo ha hecho en ningún momento, ha conseguido que el elenco de actores mexicanos se defienda, y al final el juez le ha dado la razón. Este es el momento que esperaba él para pasar al ataque, contra todos los que torticeramente lo acorralaron.

Ayuso estuvo en su papel, como siempre. Defendió con uñas y dientes a Nacho Cano, y repite que siempre ha sido amigo suyo. Es una mujer excepcional, como lo prueba, sobre todo, el hecho de que el fantasma que preside el gobierno le tenga tanta envidia y pruebe todo tipo de tretas contra ella, que siempre queda de pie, mientras que él rumia otra venganza. Llegará el momento en que ya habrá caído, porque ha de caer, y entonces veremos lo que hace, que tampoco será nada bueno.

La cuestión, lo he dicho otras veces, es que Casado cayó a causa de una de esas traiciones que hacen las gentes vulgares. Pensaba que ella caería de rodillas, pero en lugar de eso se defendió. Cayó él. Los barones del PP le ofrecieron el cargo a Feijóo, cuando se lo había ganado ella.