La bofetada de Israel a Sánchez y su séquito

Ningún socialista se ha atrevido a llevarle la contraria, porque según explicó el homínido es el puto amo. Tal día como anteayer se cumplió el segundo aniversario de la invasión de Hamás, que se saldó con más de 1200 personas asesinadas brutalmente, y más de 200 personas fueron secuestradas.

Nunca he podido entender que las hordas pudieran entrar con tanta facilidad en Israel, ni tampoco que se estuviera celebrando una fiesta tan cerca de la frontera. Pero lo cierto es que la discoteca está allí y en el momento del ataque estaba llena de gente que disfrutaba de la vida y de sus ganas de vivir. El ataque se dio. Las imágenes que se han difundido estremecen. Los mensajes que lanzaban los terroristas a sus madres, a sus familiares, a sus amigos son nauseabundos. Todo queda oscurecido por el terror.

Tras este estado de cosas, naciones que no son Israel, ni ocupan su lugar, porque el suyo está en otra parte, y ven que este país está sufriendo el acoso terrorista día tras día, desde el momento de la fundación, se han lanzado a criticarlo, pero sin explicar cómo ha de hacer para liberar sus presos y castigar a los asesinos. No hay una varita mágica con la que resolver problemas criminales, ni calmar a asesinos voraces.

Israel está siendo atacado día tras día, mediante bombas y misiles y ha de defenderse como puede, y mientras tanto ha conseguido que lo que era un desierto se convierta en un erial, da de comer a muchos, e instruye a más. El mundo debería ponerse serio, pero no lo hace. Y mientras tanto, una nación que se ha empequeñecido mucho, gracias a un Felón que disfruta haciendo todo el mal que puede, ha dado por ponerse de parte de los terroristas y en contra de las víctimas. Pero no ha sido la nación, sino su presidente y sus mariachis.