La democracia y el acoso

Sócrates tenía claros los conceptos, pero la gente de hoy no. Interpreta las cosas caprichosamente y además cree que tiene razón. El Tribunal de las Aguas de Valencia, seguramente el tribunal de justicia más antiguo del mundo, data del año 960. El cumplimiento de la ley es crucial en la democracia. «Puede decirse que hay democracia en un lugar cuando alguien que piensa lo contrario que la mayoría puede transitar tranquilamente por sus calles».

Digo todo esto porque los bestias andan sueltos por España dado que el gobierno -nadie del gobierno- no tiene ni idea de lo que es la democracia y además de eso tampoco le interesa mucho. Felipe González, que refundó el PSOE, dijo la siguiente barbaridad: «en democracia, la verdad es lo que la mayoría cree que es la verdad». Otro que también ignora a Sócrates.

Un grupo de energúmenos juveniles, estudiantes, -la juventud mejor preparada-, quiso impedir que Macarena Olona diera una conferencia. Ignoro los motivos por los que la policía no le abrió camino y tuvo que armarse una gresca. Ojalá vayan a la cárcel unos cuantos.

En Barcelona, los energúmenos eran catalanistas que atacaron brutalmente a una comitiva del PP que va por los barrios de Barcelona explicando lo perniciosa que es la ocupación insultándolos, rompiéndoles las mesas, las sillas, las pancartas, diciendo chorradas, como que los ocupas son personas, y todo eso con la indignación en los rostros, visible a pesar de las mascarillas, bufandas y demás artilugios de camuflaje. Porque los catalanistas son cobardes. Atacan en manada y saben que la policía local va a ser complaciente con ellos, igual que los jueces que les toquen, si les tocan. Es decir, si los energúmenos son llevados a juicio.

Claro que quienes ocupan las casas son personas. Y los asesinos también. Y Puigdemont, y Junqueras, y Colau. No todas las personas son santas. Las hay que son Muy Honorables.