La paradoja de España

No me referiré a ninguno de los gobiernos anteriores, porque el actual es un caso aparte. Todos los anteriores presidentes pudieron dejar el cargo tranquilamente, ya que tenían, o se habían procurado, otros modos de ganarse la vida, pero con el actual no hay nada que hacer. Supongo que estará en tratos con algún gobierno extranjero, pero es que se ha de llevar a toda la familia. Veremos en qué queda esto.

El líder de la Oposición es un señor elegido por el PP, que mostró una vez más su miedo a ganar, porque quien había merecido el cargo era Ayuso, pero la dejaron en segunda fila o tercera, lo que ocurre es que ella no se arredra, lleva a cabo políticas valientes, que además funcionan, pese a las zancadillas gubernamentales, y aparenta estar en primera fila, cuando no es cierto.

Por otro lado, mientras el PSOE busca trapos sucios para lanzárselos a la cara al PP, y si no los encuentra tampoco tiene dificultad para inventarlos, el PP está esperando que la Virgen haga un milagro. Investigaría en las vidas de los diputados del PP, si eso tuviera utilidad, pero de momento le interesa más neutralizar, como sea, a jueces y policías. El PSOE es una vergüenza y debería morir tal y como lo conocemos. Habría que hacer un partido nuevo, con las mismas siglas o con otras. Un partido capaz de ilusionar a personas decentes.

Al PP, en cambio, no se le ocurre pensar que los diputados socialistas, o de otros partidos que apoyan al gobierno, pueden tener cosas que esconder. Feijóo se cree que con manifestaciones y eslóganes va a arrancar a ese de su poltrona y eso no va a suceder. Tenemos el gobierno más miserable de todos los que hay en los países democráticos y en ningún otro país, salvo en España, habría podido resistir. Y los españoles hemos de aguantar todos los días esa risa malvada que caracteriza a Sánchez,