Las trampas de Robles

Para comprender el mérito de los sabios no hay como fijarse en las mamarrachadas de los necios, en este caso de Margarita Robles, que es necia, aunque ella no lo sepa. Pero es que necios son todos los que están bajo los dominios del Felón de forma voluntaria. Cualquier persona que se precie habría abandonado ese gobierno, o no habría querido participar en él.

Robles le está lanzando torpedos a Ayuso porque se lo manda el Gran Envidioso, el tipo sin escrúpulos que dirige la nación y en este sentido no hace más que buscar pretextos para que sea ante el precipicio, momento en que tiene pensado ponerse detrás para empujar. Por su parte, Robles es experta en hacer cualquier cosa que le venga bien, sin que le preocupe si es justo o injusto su modo de actuar. Lo único que le preocupa es que no la pille el toro, pero estando al servicio de quien está el riesgo de que ocurra es grande. Por otra parte, enfrentarse a Ayuso es un seguro de muerte. Robles ha bajado muchos puntos en la estima popular.

La presidenta de Madrid no tiene problemas para responder como corresponde y encima sacarle los colores. Es difícil sacárselos, porque Robles no tiene más colores que el ansia por hacer el mal y el Felón le ofrece la coartada perfecta para ello. Hay que tener en cuenta que ella, como todos los ministros y todas las ministras, y todos los podemitas de los distintos collares envidian a Ayuso y quisieran que Feijóo le leyera la cartilla y la destituyera, pero eso no puede ser: no es tan tonto.

Ayuso brilla, principalmente por una razón: se ha rodeado de un equipo muy preparado y eficiente, del que se fía y del que está muy contenta. Si pudo salvar los muebles durante la pandemia, al contrario que los demás, fue por la fe que tiene en su equipo.