Muertes en Rusia
- Vicente Torres
- hace 3 horas
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No diré que todas las muertes que se vienen sucediendo en Rusia, que no son pocas, se producen por culpa de Putin, pero tampoco dejo de pensarlo. En nuestro cómodo mundo occidental no vemos las cosas del mismo modo que quienes luchan por la libertad de sus países o simplemente intentan sobrevivir en climas enrarecidos.
En Rusia han muerto veinte, veinticinco, treinta, o acaso muchos más, todos gentes principales que, aparentemente, se han suicidado. O sea, alguien que vivía en el piso décimo ‘se tiró’ desde el decimoséptimo, quien dejó una carta anunciando que se iba a suicidar apareció cosido a puñaladas. De todos esos muertos de Rusia me quedo con uno. No porque desprecie a los demás, sino porque su historia es ejemplar. Fue envenenado, pero consiguieron curarlo. Eso no estaba previsto. En cuanto estuvo en condiciones regresó a Rusia. No hacerlo habría sido como entrar en diálogo con Putin, reconocer que le tenía miedo. Fue encarcelado inmediatamente y tiempo después, no mucho, murió en la cárcel. ¿Fue por orden de Putin? Ahí dejo la pregunta. Lógicamente, tengo mi propia respuesta, pero ¿para qué decirla? ¿qué pruebas podría ofrecer?
Digamos que en las elecciones de Estados Unidos se enfrentaron dos personajes que no entienden estas sutilezas, Kamala Harris y Donald Trump, y entre ambos estuvo Elon Musk, que pudo tener una influencia que yo no habría deseado, porque seguramente en la derecha había alguien mejor que Trump, que es un patán. Los métodos que utiliza en sus negocios no son buenos para ver el mundo. Los líderes de Rusia y de China no se dejan someter con la misma facilidad que los competidores urbanísticos. Tratar a Putin como un señor, solo porque tiene mucho poder, es un error descomunal. Va a la suya y nunca cumple ningún trato. Lo mismo puede decirse de Xi Jinping.
Por eso yo prefiero a Navalny. Está muerto, pero vencerá.
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