Niñatos a los que han dado vela y…
- Vicente Torres

- hace 1 día
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Hay mucho escrito sobre el aborto, y además con maestría. No es un asunto que venga de nuevas, sino que desde los primeros tiempos de la humanidad está en el candelero. Precisamente ahora que hay información y medios técnicos para todo es cuando el mundo woke lo ha sacado a la palestra y logrando introducirlo en muchas partes.
A pesar de que hay tanto escrito, y tan bellamente, sobre el asunto, la mayor parte de la población no lo ha leído y lo comenta como si hablara de un partido de fútbol. Yo también me referiré a la cuestión, pero si no de un modo más bello sí más razonable. Empezaré por Mariam Suárez Illana, hija de Adolfo Suárez González. Le detectaron un cáncer a poco de quedarse embarazada, pero para poder aplicarle el tratamiento tenía que abortar. Y se negó. Siguió adelante con el embarazo y cuando ya hubo dado a luz se puso en manos de los doctores. Duró diez años, bastantes más de lo previsto. Dicen que todos los que hablan del aborto son hombres. Pues esta es una mujer.
Otra mujer fue Natalia Ginzburg, comunista y partidaria del aborto, pero con una diferencia con respecto a los abortistas actuales: abortar es matar, decía. Gustavo Bueno era drástico, como siempre: si con la cantidad de medios que hay en la actualidad para evitar un embarazo una señora se queda embarazada, merece una buena multa por estúpida. Y si quiere abortar, que se lo pague.
De hecho, solo hay una razón mediante la cual se puede autorizar el aborto, y es que si no se permite en España pueden irse a cualquier otro país a llevarlo a cabo. Y las más pobres pueden arriesgar sus vidas abortando sin garantías. Aquella ley que permitía el aborto en los primeros meses de vida estaba bien.





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