Procesado el Fiscal de Sánchez

Todo el mundo recuerda aquello de «¿el Fiscal General de quién depende? Pues eso». Si no fuera por Sánchez no es que hubiera dimitido ya, es que no se habría metido en ese berenjenal y ahora ahí está, esperando un acto mágico que desautorice al juez. Que parece ser que se lo ha tenido que pensar mucho, porque conoce el paño.

Por parte gubernamental no se han quedado callados. El homínido ha salido a embestir con todo. Seguramente, calcula que queda tiempo antes de que el asunto pase a ser de fuerza mayor. Es difícil imaginar a qué cárcel puede ir a parar este homínido en el caso de que sea juzgado y declarado culpable, porque debe de ser verdaderamente engorroso tratar con él todo el día. Y es que cualquier componente del gobierno de Sánchez es susceptible de ser juzgado y condenado, porque no ha hecho nada a derechas desde el primer momento.

Las belarras también han tenido que salir a la palestra, para que nadie olvide que son imbéciles a tiempo completo. En este caso concreto ha sido la que da nombre a esta serie de estúpidas. Se metió con Ayuso y su novio y no estoy muy seguro de que lo que dijo esté amparado por la libertad de expresión. Pero lo que sí que está claro es que donde debería tener la mollera no hay nada.

La acusación es muy grave y debería ser suficiente, si se confirma durante el juicio que lo que dice el juez instructor es cierto, para descalificarlo como fiscal para siempre y probablemente para meterlo una temporada en la cárcel. Causa estupor la calma con la que todos los gubernamentales, incluidos Pumpido y sus mariachis, se toman los movimientos judiciales, que realmente amenazan con encerrarlos a todos. Es como si vivieran en un mundo mágico, ajeno al real. Pero por lo pronto, ya ha caído una ficha del dominó.