Seis vidas

Con el PSOE, en el que han desaparecido ya todos los seres racionales que estuvieron en sus filas, se suceden las catástrofes, con sus muertes, sus desaparecidos, sus empresas quebradas, y no pasa nada, porque la Constitución no tiene ninguna previsión para el caso de que un sinvergüenza del calibre de Sánchez logre trepar a la presidencia del gobierno y aproveche la ocasión para causar todos los perjuicios que pueda.

«Aprovecho para saludar a Pascual Sala, Eugenio Gay, Elisa Pérez Vera, Pablo Pérez Tremps, Luis Ortega y Adela Asúa».

Incluida ya la cuña publicitaria, paso a comentar que además de las catástrofes que aparentemente se deben a causas imprevisibles, pero que la acción gubernamental ha contribuido a magnificar, hay que tener en cuenta también los numerosos casos de rapiña, que se suceden sin parar, y que mientras que el gobierno intenta acorralar, jugando sucio, a Mazón, que no se sabe defender bien, y a Ayuso, que sí que lo hace con destreza, los jueces, muchos, investigan a todo el entorno de Sánchez, e incluso a él mismo, y a la mitad o más del gobierno. Deberían ir a la cárcel unos cuantos, si no todos.

Las muertes no afectan a Sánchez, ni a sus votantes, como se viene comprobando al paso del tiempo. No obstante, sí que intentan culpar a otros. A Ayuso intentan cargarle 7291, cuando la culpa de esos fallecimientos y de todos los que hubo por el virus chino es de Sánchez, o sea, del PSOE. A Mazón le intentan endilgar los de la dana, sin tener en cuenta que Pilar Bernabé, Marlasca, Robles, Ribera y, en definitiva, Sánchez, tienen más culpa.

Los seis, si no son más, muertos a causa del apagón intentarán que sean por culpa de Ayuso, si pueden. No se la quita de la cabeza el Felón. Mientras que unos lloran a sus fallecidos, otros rumian sus deseos de venganza.