Tiroteado Miguel Uribe Turbay

Gustavo Petro ha hecho declaraciones inmediatamente, pero a mí no me interesa nada de lo que diga o calle el actual presidente de Colombia, antiguo terrorista. Tampoco me sorprendería que estuviera implicado, aunque nunca se pueda probar, en este, por ahora, intento de asesinato.

Llama la atención que el pistolero solo tenga 15 años, con lo cual resulta difícil resistirse a la tentación de considerar que no es más que un sicario. ¿Qué niño de esa edad va a meterse en la cabeza la idea de acabar con el principal contrincante del presidente del gobierno? Observando las actuaciones de Miguel en X, el predio de Elon Musk, tan incisivas, tan certeras, no cabe ninguna duda de que Petro debe de estar muy preocupado con él. Quizá el hecho de que se hayan servido de un niño para quitarlo de en medio le haya salvado la vida. Fueron seis tiros los que le disparó. A un adulto seguramente no se le habría escapado. Esperemos que la policía de Colombia pueda actuar con la eficiencia que se le supone y logre que el asesino, por ahora frustrado, dé algunos datos que permitan proseguir la investigación, para quizá más adelante llegar hasta el final.

Resulta sorprendente que en un acto público un rival tan peligroso políticamente para el gobierno, no gozara de protección. Si Petro no se la quería poner, al menos el partido debería haber habilitado a unos cuantos afiliados para formar una barrera que impidiera acercarse.

La madre de Miguel Uribe Turbay, Diana Turbay, fue secuestrada y asesinada por el cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar, con el de presionar al gobierno colombiano para que rompiera el tratado de extradición de colombianos a Estados Unidos. Es una familia acostumbrada a enfrentarse al terror y sufrir las consecuencias. Esperemos que este atentado sirva para que los colombianos recapaciten y retiren la confianza a los terroristas.